El espectro electromagnético se compone de ondas que se encuentran en los rangos denominados radio, microondas, infrarrojo, visible, ultravioleta, entre otros. El muy pequeño rango visible, correspondiente a longitudes de onda de entre 400 nm y 700 nm es el único del espectro que podemos los humanos ver, solo logrando observar longitudes de onda por encima o por debajo de este rango con equipamiento especial.
La llamada luz infrarroja cercana, tiene longitudes de onda más largas que las de la luz visible, en el entorno de los 700 nm a 1400 nm del espectro electromagnético. La descubrió el astrónomo Sir Frederick William Herschel cuando en el 1800 hizo pasar luz solar a través de un prisma para producir su espectro. Herschel midió la temperatura de cada color, desde el violeta al rojo, y observó que la temperatura siempre aumentaba; pero no se detuvo allí. Siguió midiendo la temperatura más allá de la luz roja (donde ya no había para sus ojos luz solar) y obtuvo la lectura más alta. Así concluyó que existía una forma invisible de luz más allá de la visible y la llamó rayos caloríficos que es lo que hoy en día se conoce como radiación infrarroja.
Todas las cámaras de fotos digitales de uso cotidiano tienen filtros que bloquean la radiación infrarroja antes de que la luz llegue al sensor responsable de captarla. Esto se hace justamente para que este espectro de radiación no afecte la calidad de las tomas y así las mismas se verán similar a como vemos. Ahora, si se quita este filtro y se coloca en su lugar un filtro que corte la de luz visible, el sensor pasará a captar básicamente y únicamente la radiación infrarroja.
Hay varias empresas que se dedican a modificar cámaras, entre ellas Maxmax. Así comienza un nuevo juego, una nueva forma de ver el mundo que nos hace mirar más allá de lo que nuestros ojos ven.
Una vez modificada, la cámara pasa a registrar las diferencias de temperatura entre los objetos y su entorno, generando imágenes tan reales como marcadamente diferentes, mientras historiadores de arte logran ver detalles invisibles debajo de la superficie de pinturas históricas.
La pintura y la fotografía pasan a no tener fronteras definidas en sus formas y en sus contenidos. Lo atemporal, lo misterioso y lo cautivante; la belleza interpretada cada vez que miramos este objeto que representa parcialmente un momento ya fugado. Cautivante por esa sensación de inmortalidad propia.
Esta serie de fotos pretende ser un paseo a mi visión de algunos de los rincones icónicos de Uruguay en radiación infrarroja.